sábado, 23 de mayo de 2009

Góndolas en la Plaza Nueva

DE CUANDO EN CUANDO

Góndolas
23.05.09 -OLMO

El tema de las góndolas de la Plaza Nueva sigue dando que hablar, porque he recibido una curiosa carta firmada por J. S. A. que viene a avalar parte de lo que yo decía en mi comentario sobre el tema. Recordarán que había recibido la misiva de un asiduo de esta tertulia en la que me preguntaba si fue cierto que en el año 1872 para festejar la visita a Bilbao de Amadeo de Saboya, Rey de España, se celebró en la Plaza Nueva una fiesta nocturna y veneciana con góndolas incluidas.

El firmante de aquella carta me ofrecía como prueba el hecho de que, al parecer, existe un cuadro del pintor bilbaíno Manuel Losada titulado 'Góndolas en la Plaza Nueva' y he aquí que mi nuevo comunicante corrobora la existencia de este cuadro, que él había visto a menudo en la sala de su domicilio, porque le correspondió a su hermano como herencia. Lo que no se sabe es si se trata del original o una copia porque, según me dice mi nuevo comunicante (que me ofrece además la posibilidad de ir a verlo), el cuadro no tiene firma.

Sea original o copia, lo cierto es que Losada pintó un cuadro escenificando una fiesta con góndolas navegando en la Plaza Nueva. Lo que no queda probado sin embargo es que la citada plaza fuese alguna vez una especie de canal veneciano. Y mientras llega alguna prueba que asegure o desmienta tal festejo, yo continuaré dudando de que se pueda llenar dicha plaza con agua suficiente para organizar una fiesta veneciana con góndolas.

Hubo en Bilbao, y de eso sí que poseo el correspondiente reportaje periodístico, una magnífica fiesta veneciana celebrada con motivo de las fiestas de agosto de 1879, pero, naturalmente, el desfile tuvo lugar por la ría. En ella intervinieron una serie de góndolas conducidas por personajes ataviados a la usanza de la época. Fue un autentico espectáculo, pero fluvial.

Con lo cual sigue sin aclararse el misterio de las góndolas de la Plaza Nueva. Yo me inclino a creer, por razones lógicas, que no es cierta la citada fiesta porque convertir la Plaza Nueva en una piscina llena de agua, teniendo en cuenta todos sus soportales repletos de tiendas y comercios, me resulta muy difícil de creer. ¿No están ustedes de acuerdo conmigo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí hubo fiesta veneciana en la plaza Nueva en agosto de 1872. Así titula el periodista Carlos Bacigalupe un artículo publicado en el periódico Bilbao en el número de noviembre de 2005, pag. 39.
En la crónica se recordaba que el escritor Esteban Calle Iturrino recogió directamente en 1946 el testimonio de don Eusebio Scala, un ciudadano bilbaíno que tuvo el privilegio de pasear aquel día en una de las góndolas, en realidad ‘chanelas camufladas’, según su expresión.
La incredulidad sobre la fiesta veneciana radica, según he leído, en la dificultad de inundar la plaza Nueva de tal forma que pudiese navegar por ella alguna embarcación. Es cierto, habría muchos inconvenientes para hacerlo, pero tal y conocemos la plaza hoy en día. Sin embargo, en 1872 la plaza Nueva era diferente y la ‘ocurrensia’ pudo celebrarse.
Calle Iturrino explicó que en aquella época la plaza Nueva tenía en primer término, al pie de las arcadas, una franja de césped de poca anchura y, a continuación, tres escalones que descendían a un foso de cierta profundidad. Así es como pudo hacerse navegable la plaza, sin que el agua entrara en los soportales.
Don Eusebio Scala no recordaba quién organizó el festejo, pero tenía oído que fueron los tertulianos del Café Suizo. Al parecer, fueron taponados los sumideros de la fuente central de la plaza para inundar el recinto. El testigo evocó que la plaza estaba ‘deslumbrantemente adornada’ y que las góndolas fueron tres ‘chanelas camufladas’. También recordó que numerosos muchachos y muchachas pasearon en ellas, lo mismo que él y sus hermanos mayores, que entonces vivían en la plaza.
Este es el testimonio de don Eusebio Scala, conocido en 1946, que da fe de la veracidad de aquella bilbainada con motivo de la visita del rey Amadeo I de Saboya. Hoy vemos las Góndolas por la Plaza Nueva pintadas por Manuel Losada y comprobamos la imaginación del artista a la hora de recrear los detalles, pero también sabemos que la obra está inspirada en un hecho real.

Manuel Aresti Larrauri dijo...

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20090529/vizcaya/verdad-20090529.html

DE CUANDO EN CUANDO
Era verdad
OLMO
Gracias a la generosa colaboración de mis amables tertuliantes, aquí acaba aclarándose todo. O casi todo. ¿Recuerdan el tema de la fiesta veneciana con góndolas que, según un lector, debió de celebrarse en la Plaza Nueva? Yo he publicado sobre el tema un par de comentarios poniendo muy en duda el hecho de que la Plaza Nueva se pudiera haber convertido en una piscina navegable, pero he aquí que, de acuerdo con la documentación que me remite otro lector llamado Miguel L.C., parece ser que el hecho fue cierto.

El tema lo planteó en primer lugar un tertuliante asiduo, preguntándome si era cierto que en el año 1872, con motivo de la visita a Bilbao del rey Amadeo de Saboya, se celebró en la Plaza Nueva una fiesta nocturna y veneciana con góndolas incluidas. Como prueba, me decían que incluso existe un cuadro del pintor bilbaíno Manuel Losada sobre el tema. Un hecho que otro lector corroboraba más tarde porque él había visto ese cuadro en casa de su familia.

A pesar de todo, yo dejé el tema en suspenso, pero poniéndolo en duda por las lógicas dificultades físico-hidráulicas que suponía llenar la Plaza Nueva con agua suficiente para que pudieran navegar embarcaciones. Y ahora un tercer lector llamado Manuel L.C. me escribe para contarme que posee un increíble archivo de noticias sobre el deporte del remo y entre ellas conserva un artículo publicado nuestro común periódico, el año 1972 y firmado por Esteban Calle Iturrino, afirmando en su título, rotundamente: «Sí se celebró en la Plaza Nueva un festival con góndolas hace un siglo».

Según leo en el texto, la fiesta fue organizada por unos cuantos tertulianos del Café Suizo y se realizó llenando el foso de la plaza (que entonces debía de estar a un nivel más bajo que la acera) con el agua de una fuente que existía en el centro. Y como prueba, se encontró en el archivo un dato orientador: se abonó a don Juan Eguillor una cantidad para el pago de jornales por el arreglo de los jardínes de la plaza y las quejas de los comerciantes por los daños que causó en sus establecimientos la inundación del recinto. Queda por tanto resuelta la incógnita. Es cierta la fiesta veneciana y el cuadro de Losada (que se reproduce en el artículo de Calle Iturrino) no fue una fantasía del pintor.