miércoles, 23 de diciembre de 2009

Patronato Guggenheim


El museo de Urdaibai fractura la habitual unanimidad en el Patronato Guggenheim

Foto de familia de los miembros del Patronato del Guggenheim, convocados ayer en el museo para debatir su posible ampliación. :: E. C.






martes, 14 de julio de 2009

Góndolas en la Plaza Nueva




S. Calleja
EL novelista y Premio Nacional
Luis de Castresana, plasmó en sus
relatos y artículos una sentida y
afectuosa imagen del Bilbao de la
letra menuda de mediados del siglo
XX: sus humildes boteros, tertulianos,
oficinistas... Lo hizo en
sus cuentos y sus habituales colaboraciones
en la prensa local y foránea,
como en el suplemento
que, dedicado a Calles y Plazas de
España, editó en 1973 la revista
Blanco y Negro, del que hemos
extraído estos párrafos alusivos a
la plaza Nueva.
“El Bilbao auténtico, bochero y
emocional, se sintetiza perfecta -
mente en este casco viejo, en estas
primitivas siete calles que en rea -
lidad son hoy diecitantas. Porque
cuando se dice ‘Las Siete Calles’,
los bilbainos sobreentendemos
que se alude, de manera global, al
Casco Viejo. Y éste es el verdade -
ro corazón del Bilbao, que a lo
largo de los años ha ido buscando
su ensanche, saltando la Ría de
orilla a orilla sobre los puentes y
llenando de enjambres urbanos
las laderas del Pagasarri, de Ar -
chanda y de Begoña. Todo es Bil -
bao. Pero el Bilbao por antono -
masia, el Bilbao que marca el
pulso de la Villa, que une al ayer
con el hoy y el mañana, ha sido,
es y será siempre este Bilbao chi -
quito y entrañable de las Siete
Calles.
En este itinerario del Casco
Viejo, ¿cómo olvidar la import a n -
cia y el encanto que la plaza Nue -
va conserva hoy todavía en toda
su vigencia y que alcanzó su me -
jor estatura en el Bilbao decimo -
nónico? Durante unos días, el in -
genio bilbaino de la época llegó
incluso a transformar esta her -
mosa plaza en una especie de...
‘canal’ veneciano. Se llenó de
agua, y sobre ella navegaron las
góndolas con sus improvisados
pasajeros románticos. Aquí tuvo
su sede la Diputación de Vizcaya
antes de trasladarse al edificio
palaciego que hoy ocupa en la
Gran Vía; aquí paseó y soñó Mi -
guel de Unamuno; aquí se cele -
braron bailes públicos y concier -
tos. Todavía se celebran alguna
vez, en fechas señaladas concier -
tos de chistu. Recoleta y evocado -
ra plaza Nueva, con su quiosco y
sus soportales, sus librerías y tien -
das diversas, con sus colegios y
sus bandadas de niños revolotean -
do en las horas de recreo. Añádan -
se los domingos por la mañana, su
alegre mercado de peces y pájaros
y sus animados corrillos de co -
mercio e intercambio filatélico.
Aquí, en esta plaza Nueva, estu -
vo en los años románticos el famo -
so Café de Iberia, en el que el pro -
pio José Mª de Iparr a g u i rre dio a
conocer al público bilbaino, en
1855, su célebre Gernika’ko Arbo -
la. Aquí, en fin, se alzó la popular
Peluquería de Carbonell, que el
inolvidable pintor del siglo XIX,
bilbaino, Manuel Losada, recogió
en uno de sus pasteles.
(…) Porque esto tiene de hermo -
so y de vital el casco Viejo de Bil -
bao: y es que tras los nombres, y
las fechas, y los datos de ‘la letra
grande’ de la historia de Bilbao,
está también, jovial, activa y po -
derosa, la ‘letra menuda’ de su
pequeña historia. Y de ella emer -
ge a todo lo largo y lo ancho del
Casco Viejo la caliente huella di -
gital de las generaciones de bil -
bainos que, en el transcurso del
tiempo, cachito a cachito, palmo a
palmo y día a día, hicieron de esta
Villa el Bilbao que es hoy. Le die -
ron, además de su estatura y po -
derío, identidad: su carácter bo -
chero, su raíz y su sal de vida. Y
esto es algo que permanece laten -
te, esto es algo que se sugiere, que
se respira, que se vive en el Casco
Viejo.
Bilbao ha cambiado de piel, pe -
ro no de alma. Y, empleando una
frase un tanto solemne y enfática,
yo diría que esta alma bilbaina,
esta alma bochera, está guarda -
da, vital, activa, inconfundible, en
este gran relicario callejero y
emocional de la Villa que es el
Caso Vi e j o”.
Luis de Castresana,
El Bilbao chiquito y entrañable
del Casco Viejo, 1973

lunes, 29 de junio de 2009

Ocurrió en el Boulevard. El Correo

Ocurrió en el Boulevard. El Correo: "VIZCAYA

Ocurrió en el Boulevard

'Vidas de un café' rinde homenaje al histórico establecimiento bilbaíno cerrado en 2006. Personas conocidas y anónimas desgranan las historias surgidas en su interior

LUIS GÓMEZ BILBAO

Ocurrió en el Boulevard

Robert Capa plasmó el Boulevard en tiempos bélicos. Fue un lugar para bailar del modo más apasionado.

«Solíamos sentarnos al fondo. Ella era mi heroína», evoca Juanjo San Sebastián
«Iba al Boulevard a que mi padre me diera la paga», recuerda Ramón Barea
Aunque selló su muerte el Día de Difuntos de 2006, el Boulevard sigue vivo en la memoria de miles de ciudadanos. Nadie pierde la esperanza de que el histórico café, fundado en 1871 por la familia Pérez Yarza, reabra sus puertas. A raíz de su cierre, la comparsa Moskotarrak promovió una campaña de firmas en apoyo de la actividad del local, famoso por sus estucos, mármoles y vidrieras emplomadas, y sus relámpagos de nata. Como decía Miguel de Unamuno, era ese lugar donde la gente se encontraba porque se citaba, pero también porque muchos se citaban tras encontrarse en él. En un mes recabaron 15.000 testimonios de apoyo. Algunas de esas 'perlas' aparecen recogidas ahora en 'Boulevard. Vidas de un café'.
Un hervidero de historias, en realidad, donde cada cual protagonizó la suya. Al escritor Juan Bas le trae recuerdos de su infancia -«En los espejos del Café Boulevard me veo reflejado de niño. Quisiera seguir haciéndolo»- y para Javier, gerente de Librería Cámara, siempre será el punto de encuentro cada vez que queda con algún amigo. «Aunque esté cerrado, quedamos en su acera, pero la espera ya no es ni cálida ni acogedora», escribió. Algo parecido le sucedía al 'Michelin' Fernando Canales: «En una época en la que no había móvil, el sitio de quedar era de capital importancia. Marcó mi juventud», relató el cocinero.
El Boulevard se impregnó en la piel de la ciudad. Incluso en los peores momentos. En plena contienda bélica, el fotógrafo Robert Capa inmortalizó una imagen grabada en la memoria de Ion Irazabal, investigador de la Guerra Civil: «Capa dejó el vaso sobre el mostrador, cogió la cámara, se lanzó a la calle... Frente a él, esa madre y esa niña, les apunta y ... klik».
Pero el Café de El Arenal fue una explosión de amor. Para la escritora Toti Martínez de Lezea -«Es parte de mi memoria: exámenes, novio y después marido...»- y también para Antonio Basagoiti, presidente del PP del País Vasco -«Solía quedar en el Boulevard con una novia algorteña, con la que luego me acercaba a Bidebarrieta a hacer que estudiaba»-. El dibujante y escritor Juan Carlos Eguillor disfrutaba dentro como un simple voyeur -«Me gustaba ir allí a leer, a emborronar cuadernos con letras y dibujos y sobre todo... mirar a través de los cristales»- y el actor Ramón Barea sabía dónde podía encontrar a su padre -«Era abstemio, pero tomaba café. Café en el Café. Así que los domingos yo iba a que me diera la paga al Boulevard para poder después ir al cine. Seguramente por eso celebré mi boda con los amigos en el piso del arriba del 'Bule'»-.
El montañero Juanjo San Sebastián encontró entre sus paredes lo más parecido a una cosa llamada amor -«Solíamos sentarnos al fondo, en las antípodas de la puerta. Ella era algo mayor que yo. Había estado en la cárcel. Era mi heroína. De sus labios, que nunca rocé, brotaban mundos desconocidos. Por eso nunca supe si me había enamorado. Fue en el Boulevard»-, mientras que el diputado socialista Josu Montalbán descubrió un fascinante juego sensual en su interior -«Besos que se daban a la vez que se contemplaban en los espejos, caricias que rebotaban y se dibujaban, manos que se enlazaban y ensortijaban sus dedos bajo las mesas frías encendiendo fogatas para calentar las almas y las pasiones».
Mosto y pastel de arroz
Vistiendo aún pantalones cortos, los ediles Txema Oleaga y José Luis Sabas descubrieron distintos sabores. «Mi recuerdo más antiguo es de cuando tenía 4 ó 5 años y mi padre me invitó a un mosto», evoca el socialista. El peneuvista añora que de pequeños «nos acercábamos a tomar un chocolate con sus famosos pasteles de arroz. Era curioso que siempre te pusieran un vaso de agua fría con un azucarillo».
Pero, como dice el alcalde, Iñaki Azkuna, «nada es duradero», aunque a Marino Montero, relaciones públicas del café durante 17 años, su cierre le sigue doliendo como si le hubiesen «cercenado un miembro». También a gente anónima. Como al escocés Ian Anderson -«Sin el Boulevard, no me gustaría visitar la ciudad otra vez»-, Begoña Gil Alonso -«Durante año y medio vine a dar de mamar aquí a mi hijo recién nacido. ¿Puede haber un recuerdo más maravilloso»-, Rosa Miguel Galiente -«Aquí me enamoré y aquí celebré mi divorcio»-, Nariko Mori -«Debido a su interior 'Art-Decó' decidí estudiar arquitectura»-; y otros no tan anónimos, como la austriaca y premio Nobel de Literatura Elfriede Jelinek -«Si Viena, con toda su plétora de cafés, no se atreve ni quiere prescindir de ninguno, ¿cómo es que Bilbao se aventura a semejante temeridad?». En su firma de apoyo, Azkuna desliza un deseo: «Espero que en un tiempo razonable esté abierto»."

lunes, 8 de junio de 2009

Góndolas. El Correo

Góndolas. El Correo: "DE CUANDO EN CUANDO
Góndolas 06.06.09 -OLMO

Se sigue confirmando y detallando la noticia de que en 1875, y con motivo de la visita a Bilbao del rey Amadeo de Saboya, se organizó entre otros festejos una fiesta veneciana en la Plaza Nueva con góndolas incluidas, porque una fiesta veneciana sin góndolas es como una corrida de toros sin toro. Yo en un principio puse en duda la veracidad de la noticia, pero el hecho se fue convirtiendo en realidad, empezando por el cuadro que pinto Manuel Losada en el que se ve la Plaza Nueva con sus góndolas navegando. Este cuadro existe y otro lector me invitó a verlo en casa de un familiar.
Después otro lector me envió la fotocopia de un artículo publicado en El Correo en 1972 en el que se reproducía el cuadro de Losada y se daban suficientes detalles que confirmaban la noticia. Al parecer no se llenó de agua toda la plaza, sino una parte de ella que estaba a nivel más bajo que los soportales. Ahora mi amable colaboradora doña Maite de Garay, auténtico archivo viviente de la villa, que posee un caudal de documentación increíble, me envía un correo electrónico en el que todo se aclara. Lean lo que me dice:
«Parece ser que en archivos y hemerotecas no se recogió la fiesta náutica, cosa rara, y poco menos que se pensó que Losada se la había inventado. Y que incluso Calle Iturrino dudaba de ella en la prensa, pero hubo que rectificar, ya que el señor Eusebio Scala le llamó para decirle que él había tomado parte en ella con Teófilo Guiard en una góndola acondicionada en el astillero de Abando. Pero hay constancia en archivo municipal de haberle pagado a Juan Cruz Eguileor el arreglo de los jardines. Parece que también hubo protestas de los comerciantes de la Plaza, ya que algo de agua les llegó, pero hay que tener en cuenta que cuando la Plaza Nueva se construyó, tenía una hondonada en el centro donde luego se construyó una fuente con surtidor y ranas que ahora está en el Arenal».
Y para llenar la plaza de agua -añado yo con otros datos recogidos- se cerraron los desagües de la fuente hasta conseguir en el centro de la plaza una piscina aparente y navegable. Y creo que con ello queda perfectamente aclarada y confirmada, la fiesta veneciana con góndolas navegando por la Plaza Nueva. Gracias a todos mis colaboradores."

sábado, 23 de mayo de 2009

Góndolas en la Plaza Nueva

DE CUANDO EN CUANDO

Góndolas
23.05.09 -OLMO

El tema de las góndolas de la Plaza Nueva sigue dando que hablar, porque he recibido una curiosa carta firmada por J. S. A. que viene a avalar parte de lo que yo decía en mi comentario sobre el tema. Recordarán que había recibido la misiva de un asiduo de esta tertulia en la que me preguntaba si fue cierto que en el año 1872 para festejar la visita a Bilbao de Amadeo de Saboya, Rey de España, se celebró en la Plaza Nueva una fiesta nocturna y veneciana con góndolas incluidas.

El firmante de aquella carta me ofrecía como prueba el hecho de que, al parecer, existe un cuadro del pintor bilbaíno Manuel Losada titulado 'Góndolas en la Plaza Nueva' y he aquí que mi nuevo comunicante corrobora la existencia de este cuadro, que él había visto a menudo en la sala de su domicilio, porque le correspondió a su hermano como herencia. Lo que no se sabe es si se trata del original o una copia porque, según me dice mi nuevo comunicante (que me ofrece además la posibilidad de ir a verlo), el cuadro no tiene firma.

Sea original o copia, lo cierto es que Losada pintó un cuadro escenificando una fiesta con góndolas navegando en la Plaza Nueva. Lo que no queda probado sin embargo es que la citada plaza fuese alguna vez una especie de canal veneciano. Y mientras llega alguna prueba que asegure o desmienta tal festejo, yo continuaré dudando de que se pueda llenar dicha plaza con agua suficiente para organizar una fiesta veneciana con góndolas.

Hubo en Bilbao, y de eso sí que poseo el correspondiente reportaje periodístico, una magnífica fiesta veneciana celebrada con motivo de las fiestas de agosto de 1879, pero, naturalmente, el desfile tuvo lugar por la ría. En ella intervinieron una serie de góndolas conducidas por personajes ataviados a la usanza de la época. Fue un autentico espectáculo, pero fluvial.

Con lo cual sigue sin aclararse el misterio de las góndolas de la Plaza Nueva. Yo me inclino a creer, por razones lógicas, que no es cierta la citada fiesta porque convertir la Plaza Nueva en una piscina llena de agua, teniendo en cuenta todos sus soportales repletos de tiendas y comercios, me resulta muy difícil de creer. ¿No están ustedes de acuerdo conmigo?

viernes, 22 de mayo de 2009

sábado, 9 de mayo de 2009

Góndolas en Bilbao. El Correo


Góndolas en Bilbao. El Correo

"Góndolas en Bilbao"

DE CUANDO EN CUANDO
Góndolas en Bilbao
OLMO
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H ubo alguna vez en Bilbao unas fiestas de tipo veneciano con góndolas en la Plaza Nueva? Pues miren ustedes que yo no tengo la categoría de cronista de la villa y me limito a ser un mero comentarista, pero voy a hablar hoy de este curioso tema, que es el que me plantea un asiduo tertuliante que firma siempre con su apellido y del cual citaré solo la inicial 'B'.
En su ultima carta, el amigo 'B' me dice los siguiente. Copio: «En el transcurso del tiempo y en bastantes ocasiones he leído en los periódicos que en el año 1872, para festejar la visita a Bilbao de Amadeo de Saboya, rey de España por aquel entonces, se celebró en la Plaza Nueva bilbaína una fiesta nocturna y veneciana con góndolas».
El firmante de la carta pone en duda esta noticia a pesar de que, según dice, existe un cuadro pintado por Losada y titulado 'Góndolas en la Plaza Nueva'. Y yo creo que en este caso estamos de acuerdo el amigo 'B' y un servidor, porque eso de llenar la Plaza Nueva con agua suficiente para hacerla navegable, aunque sea sólo con ligeras góndolas, me resulta difícil de creer. Mis investigaciones no llegan tan lejos en el tiempo, aunque prometo buscar los periódicos de esos años cuando la salud me lo permita. Pero a priori sigo apostando porque se trate de una fantasía, dicho sea con todas las reservas.
Poseo, sin embargo, documentos de una gran fiesta veneciana celebrada con motivo de las fiestas de la villa en agosto de 1879, que por cierto en aquellos años no se llamaban fiestas sino regocijos. Y en el programa de aquel año se incluyó en efecto una gran fiesta veneciana acuática pero, naturalmente, por la ría. En ella desfilaron una serie de elegantes góndolas que conducían a los abanderados, trompeteros, alabarderos, embajadas de Turquía, Grecia y otras naciones, e incluso a la Inquisición.
Destacó en aquella fiesta la góndola de la república (supongo que seria la república de Venecia) donde viajaba el dux ataviado con sus mejores galas. Fue todo un espectáculo, pero fluvial. Como detalle añadiré que la comisión de festejos estableció un magnífico premio de 1.000 reales (250 pesetas del año 1879) para la góndola que se presentase engalanada y tripulada con mas gusto artístico y propiedad.

jueves, 26 de marzo de 2009

Manuel Losada

CULTURA
La procesión religiosa, según Losada
24.03.09 - I. ESTEBAN BILBAO

Amigo de artistas como Durrio y Zuloaga, compañero de exposición en París -1902- de Darío de Regoyos, el pintor Manuel Losada fue el primer director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, puesto para el que fue nombrado en 1913 y que, a excepción de los años de la Guerra Civil, mantuvo hasta su muerte en 1949.

Su obra combinó el costumbrismo en la temática con rasgos de estilo procedentes del post-impresionismo. La muestra de la pinacoteca refleja esta articulación, con imágenes hechas al pastel que representan actos religiosos como las procesiones de Bilbao, en especial la del Corpus Christi, que partía de la catedral de Santiago (entonces, a principios del siglo XX, basílica).
El acontecimiento congregaba a las autoridades civiles y militares, y estaba amenizada por una banda de música y por los gigantes y cabezudos, Gargantúa incluido.

Losada fue también escenógrafo de teatro, en obras como 'Malvina', de Óscar Rochelt, que desarrollaba su trama argumental en el Casco Viejo. La exposición de los bocetos fue todo un éxito comercial para aquellas estampas amables del Bilbao del XIX.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20090324/cultura/procesion-religiosa-segun-losada-20090324.html